Alvear
D.O Montilla Moriles, Montilla, Córdoba, Andalucía.
La Familia Alvear arranca en la antigua merindad de Trasmiera de las montañas de Burgos. Desde la primitiva casa solariega, en San Miguel de Aras, llega a Nájera a principios del siglo XVI y desde allí a tierras cordobesas. Juan Bautista García de Alvear y Garnica nace en Nájera (La Rioja) el 18 de julio de 1.657. Este personaje fue alcalde del Estado noble de Nájera, y cuando ejercía esta actividad fue destinado a Córdoba como Administrador de las Rentas Reales. Se casa en segundas nupcias con una noble señora cordobesa y después nace Diego de Alvear y Escalera, el primero de la saga. Diego, se traslada a Montilla y allí, más cerca del cielo y de la tierra, verá nacer su afición por el campo. Una pasión que le sitúa en la viña y en el vino cuando en 1.729 construye la bodega Alvear. Una bodega pequeña y disimulada en el apretado laberinto de Montilla. Este breve recinto de botas y tinajas será su universo íntimo. Con el tiempo, va adquiriendo una gran extensión de tierras en la zona que le convierten en uno de los mayores propietarios de la ciudad. Con su hijo Santiago impulsa la bodega hasta metas desconocidas en Montilla, cuando logra llevar un cargamento de vinos a Inglaterra a finales de ese siglo. De sus sucesores destaca Diego de Alvear y Ponce de León, que durante su existencia, desde el año 1.749 hasta el 1.830, que compaginó su vocación vinatera con una azarosa vida militar y política habiendo sido capitán de la fragata “Mercedes”, hundida en la batalla del Cabo Santa María por los ingleses, hoy famosa gracias a la empresa caza tesoros Odyssey. De aquélla época destaca por derecho propio la figura de Capataz Billanueva, asistente que Diego de Alvear y Ponce de León trajo de Argentina y quien llegó a convertirse en su capataz de confianza. Bodegas Alvear desde sus orígenes ha mantenido siempre una vinculación entre España y Argentina, vinculación que sigue vigente en nuestros días. Capataz Billanueva (C.B) marcaba con sus iniciales los mejores vinos provenientes de la sierra. De esta forma se fue creando el estilo Alvear que aúna moderación y homogeneidad de sus rasgos, todavía presentes en el Fino C.B., marca centenaria y la más conocida de la casa. A lo largo de sus 284 años de historia, Bodegas Alvear ha conservado su carácter familiar, transmitiéndose la titularidad de padres a hijos de tal modo que, hoy en día, la propiedad de la empresa está en manos de la octava generación. Todas las generaciones sucesivas han contribuido paulatinamente tanto a la modernización técnica de la bodega, como a la conservación de su patrimonio arquitectónico. Una bodega histórica que ha conseguido implantar la experiencia de una tierra y una familia.
Vinos:
VideoCatas:
Palacio Quemado
D.O Ribera del Guadiana, Alange, Badajoz, Extremadura.
Fundada por Alvear, la histórica bodega de Montilla conocida mundialmente por sus famosos vinos Pedro Ximénez, y la familia Losada Serra, Palacio Quemado se encuentra en Extremadura, en medio de una finca de 4.000 hectáreas con 100 viñedo de distintas variedades muy bien adaptadas al terreno y condiciones de la zona. El clima de esta región, suavizado por su proximidad con el Océano Atlántico, además de sus diversos suelos, permite que las vides crazcan en condiciones ideales para una calidad inigualable. Además, desde enero de 2015 forma parte de Grandes Pagos de España, la prestigiosa asociación de fincas vitícolas de toda España que defienden y propagan la cultura del vino de Pago, producido en un terruño específico y que refleja la personalidad inconfundible de su suelo, su subsuelo y su clima. Viticultura y enología sostenible. Vinos de Terroir Se ha eliminado el uso de herbicidas y solo se trabaja en el viñedo con azufre y pequeñas dosis de cobre, así como con plantas naturales como salvia, ajenjo, canela etc. Dosis muy bajas de sulfuroso en la entrada de uva y durante todo el proceso, aprovechando en la crianza el carbónico de la fermentación malo-láctica como protector natural del vino, por lo que no hace falta la adicción de sulfuroso durante este periodo. Se trabaja cada parcela de la viña individualmente, en función de las orientaciones y suelos. Mínima intervención en bodega con mucho cuidado por la uva, entra en bodega y depósito casi sin estrujar, evitando que se rompa, para preservar la personalidad de cada parcela (de cada variedad) así como el carácter de la añada. Adición limitada de sulfuroso. Afinamiento de los vinos en pequeños fudres de 500 litros, con la idea de respetar el máximo el trabajo realizado en el viñedo.